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La afinidad Freudiana – Afinidad Familiar

La afinidad Freudiana – Afinidad Familiar

La afinidad Freudiana – afinidad familiar que muy bien ha estudiado y detallado Sigmund Freud, explic sobre los vinculos familiares que tenemos con nuestros familiares directos y en algunos casos no comprendemos y terminan afectando nuestras emociones.

El complejo de Edipo y Electra en psicología es muy importante y quizás sean los más reconocidos en el estudio realizado por Freud.

Edipo:

En psicoanálisis, el complejo de Edipo (a veces también denominado conflicto edípico), se refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles, caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y hostiles hacia los progenitores. Se trata de un concepto central de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud. Expuesto por primera vez, dentro de los marcos de su primera tópica. En términos generales, Freud define el complejo de Edipo, como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor (del sexo opuesto) y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).

El complejo de Edipo es: la «representación inconsciente a través de la que se expresa el deseo sexual o amoroso del niño». Freud describe dos constelaciones distintas, en las que se puede presentar el conflicto Edipo:

  • Complejo de Edipo positivo: odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y atracción sexual hacia el progenitor del sexo opuesto.
  • Complejo de Edipo negativo: amor hacia el progenitor del mismo sexo, así como rivalidad y rechazo hacia el progenitor del sexo opuesto.

Electra:

Complejo de Electra es el término propuesto, por Carl Gustav Jung en 1912, para designar la contrapartida femenina del  complejo de Edipo. Consiste en una atracción afectiva de la niña, en la figura del padre. El complejo de Electra es un concepto psicológico, que procura explicar la maduración de la mujer.

Según Jung, el Complejo de Electra, es algo muy común a todas las niñas en algún momento de la infancia. Aunque, en algunas ocasiones, va más allá. La fijación afectiva, o enamoramiento hacia el padre, puede generar una situación de rivalidad con la madre. Se supone que es una dinámica normal, en el desarrollo de las pequeñas. Que puede observarse a partir de los tres años y que en un plazo, de dos años, suele resolverse de forma natural.

Al contrario que en los niños, esta circunstancia es menos  clara y pasa más inadvertida. Las niñas tienen un vínculo muy estrecho con las madres, lo que les dificulta mantener la competitividad con esta.

En las manifestaciones, mejor resueltas, se produce una predilección de la niña hacia su progenitor. Sin embargo, en los casos patológicos, se puede producir lo contrario. La niña rechaza al padre, al sentirse defraudada por haberla rechazado.

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